Fuentes de contaminantes del aire interior

 

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La importancia relativa de una fuente de contaminación depende de la cantidad de contaminante que emite, la peligrosidad de dichas emisiones, la proximidad de los ocupantes a la fuente y la capacidad del sistema de ventilación (general o local) para eliminar el contaminante. En algunos casos, factores como la antigüedad y el historial de mantenimiento de la fuente son significativos.

Las fuentes de contaminación del aire en interiores pueden incluir:

Lugar de construcción o ubicación:La ubicación de un edificio puede influir en la presencia de contaminantes en interiores. Las autopistas o avenidas con mucho tráfico pueden ser fuentes de partículas y otros contaminantes en los edificios cercanos. Los edificios ubicados en terrenos con anterioridad industrial o con un nivel freático alto pueden sufrir filtraciones de agua o contaminantes químicos en su interior.

Diseño de edificios: Los defectos de diseño y construcción pueden contribuir a la contaminación del aire interior. Cimientos, techos, fachadas y aberturas de puertas y ventanas deficientes pueden permitir la entrada de contaminantes o agua. Las tomas de aire exterior ubicadas cerca de fuentes donde los contaminantes son aspirados de vuelta al edificio (por ejemplo, vehículos con el motor en marcha, productos de combustión, contenedores de basura, etc.) o donde los gases de escape del edificio reingresan al mismo pueden ser una fuente constante de contaminantes. Los edificios con varios inquilinos pueden requerir una evaluación para garantizar que las emisiones de un inquilino no afecten negativamente a otro.

Diseño y mantenimiento de sistemas de edificios: Cuando el sistema de climatización no funciona correctamente por cualquier motivo, el edificio suele quedar sometido a presión negativa. En tales casos, puede producirse la infiltración de contaminantes exteriores como partículas, gases de escape de vehículos, aire húmedo, contaminantes de aparcamientos, etc.

Asimismo, cuando se rediseñan o renuevan los espacios, es posible que el sistema de climatización no se actualice para adaptarse a los cambios. Por ejemplo, una planta de un edificio que albergaba servicios informáticos puede renovarse para oficinas. El sistema de climatización tendría que modificarse para la ocupación de oficinas por parte de los empleados (es decir, modificar la temperatura, la humedad relativa y el flujo de aire).

Actividades de renovación: Durante trabajos de pintura y otras renovaciones, el polvo y otros subproductos de los materiales de construcción son fuentes de contaminantes que pueden circular por el edificio. Se recomienda el aislamiento mediante barreras y una mayor ventilación para diluir y eliminar dichos contaminantes.

Ventilación por extracción localizada: Las cocinas, laboratorios, talleres de mantenimiento, estacionamientos, salones de belleza y manicura, baños, cuartos de basura, lavanderías, vestuarios, salas de copiado y otras áreas especializadas pueden ser una fuente de contaminantes cuando carecen de una ventilación local adecuada.

Materiales de construcción: La alteración del aislamiento térmico o del material acústico rociado, o la presencia de superficies estructurales (por ejemplo, paredes, techos) o no estructurales (por ejemplo, alfombras, persianas) húmedas o mojadas, pueden contribuir a la contaminación del aire interior.

Mobiliario para edificios: Los muebles o armarios fabricados con ciertos productos de madera prensada pueden liberar contaminantes al aire interior.

Mantenimiento de edificios: Los trabajadores de zonas donde se aplican pesticidas, productos de limpieza o productos de cuidado personal pueden estar expuestos a contaminantes. Dejar que las alfombras limpias se sequen sin ventilación activa puede favorecer el crecimiento microbiano.

Actividades de los ocupantes:Los ocupantes del edificio pueden ser la fuente de contaminantes del aire interior; entre dichos contaminantes se incluyen perfumes o colonias.

 

Del informe «Calidad del aire interior en edificios comerciales e institucionales», abril de 2011, Administración de Seguridad y Salud Ocupacional, Departamento de Trabajo de los Estados Unidos.

 


Fecha de publicación: 4 de julio de 2022