Efectos sobre la salud
Los síntomas relacionados con una mala calidad del aire interior varían según el tipo de contaminante. Pueden confundirse fácilmente con síntomas de otras enfermedades, como alergias, estrés, resfriados y gripe. La clave habitual es que las personas se sienten mal dentro del edificio y los síntomas desaparecen poco después de salir o tras una ausencia prolongada (por ejemplo, fines de semana o vacaciones). Se han utilizado encuestas de salud o de síntomas, como la incluida en el Apéndice D, para determinar la existencia de problemas de calidad del aire interior. Si los propietarios y operadores de edificios no responden con rapidez y eficacia a los problemas de calidad del aire interior, pueden tener numerosas consecuencias adversas para la salud. Los efectos sobre la salud causados por los contaminantes del aire interior pueden experimentarse poco después de la exposición o, posiblemente, años después (8, 9, 10). Los síntomas pueden incluir irritación de ojos, nariz y garganta; dolores de cabeza; mareos; erupciones cutáneas; y dolor muscular y fatiga (11, 12, 13, 14). Entre las enfermedades relacionadas con una mala calidad del aire interior se incluyen el asma y la neumonitis por hipersensibilidad (11, 13). El contaminante específico, la concentración de exposición, y la frecuencia y duración de esta son factores importantes en el tipo y la gravedad de los efectos sobre la salud derivados de una mala calidad del aire interior (CAI). La edad y las afecciones médicas preexistentes, como el asma y las alergias, también pueden influir en la gravedad de los efectos. Los efectos a largo plazo de los contaminantes del aire interior pueden incluir enfermedades respiratorias, cardiopatías y cáncer, todas ellas graves o mortales (8, 11, 13).
Las investigaciones han vinculado la humedad en los edificios con importantes efectos sobre la salud. Numerosas especies de bacterias y hongos, en particular los hongos filamentosos (moho), pueden contribuir significativamente a la contaminación del aire en interiores (4, 15-20). Cuando hay suficiente humedad en los lugares de trabajo, estos microbios pueden proliferar y afectar la salud de los trabajadores de diversas maneras. Los trabajadores pueden desarrollar síntomas respiratorios, alergias o asma (8). El asma, la tos, las sibilancias, la dificultad para respirar, la congestión sinusal, los estornudos, la congestión nasal y la sinusitis se han asociado con la humedad en interiores en numerosos estudios (21-23). El asma es causado y agravado por la humedad en los edificios. La forma más eficaz de prevenir o minimizar los efectos adversos para la salud es identificar las fuentes de humedad persistente en el lugar de trabajo y eliminarlas. Puede encontrar más información sobre la prevención de problemas relacionados con el moho en la publicación de la OSHA titulada: “Prevención de problemas relacionados con el moho en el lugar de trabajo interior” (17). Otros factores ambientales como la mala iluminación, el estrés, el ruido y el malestar térmico pueden causar o contribuir a estos efectos sobre la salud (8).
Hora de publicación: 12 de julio de 2022